Desde la cama

Desde la cama
los domingos son más domingo,
con su nórdico abrazándote,
con las cortinas empujando la luz
para que no pase,
con su perro pegado a las piernas 
roncando y suspirando.

Desde este fuerte 
nada nos destruye porque es domingo,
porque el zumo sabrá mejor
y el café tendrá aroma de tiempo detenido.

Desde este escenario
nos daremos la vuelta,
varias veces si fuera necesario,
cerraremos los ojos y sonreiremos,
como cuando éramos niños,
porque sí, porque hoy
es domingo. 

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