La Florida

Dejamos atrás las nubes viajeras,
tranvías arrastrados por el viento de la Florida, 
el cielo perfecto, el sol alargando sus últimos rayos,
traspasando los barcos, rozando el agua. 

Todavía resuena el son de Cuba, 
todavía huelen el ceviche y el cordero guisado,
todavía tengo los pelos por el aire despeinados.

La carretera se come las millas,
es una glotona y yo,
curiosa y más vieja,
cada día tengo más ganas 
de paisajes nuevos,
de olores y sabores,
de beberme el mundo,
con espuma y mucho hielo.

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